Para entender la identidad visual como la conocemos hoy en día, tenemos que volver atrás al siglo XV, ya que en esta época es cuando las marcas empiezan a convertirse en símbolos profesionales para representar el lugar donde se desempeñaba una determinada habilidad. También, nos tendríamos que centrar en la edad moderna, pues el desarrollo tanto de la imprenta, como de la obtención de papel a precios económicos, hizo que el concepto de marcas se desarrollase de forma que no solo se centraba en la materialidad del producto, si no en una forma de comunicar. 

                  Por otro lado, deberíamos destacar el concepto de ‘trademarking’, el cual comienza a expandirse mediante la Revolución Industrial, puesto que hay una evolución en la identidad de las empresas. En esta época, los empresarios se dan cuenta que tanto el packaging, como las acciones que llevan a cabo, debe llevar el logo de la empresa para ser fácilmente identificados. De esta forma, hay menos confusiones entre los consumidores y más competitividad en cada uno de los mercados. 

                A partir del siglo XX, surge el primer creador de la identidad visual en la historia, Peter Behrens. Él diseñó el estilo gráfico de una empresa Alemana (AEG), no solo se centro en la creación del logo, sino que también se preocupo de adaptarlo a todos los aspectos corporativos de la empresa. Behrens pensaba que si una entidad transmitía un mismo mensaje, procurando que los actos fueran acorde con su filosofía, podría aumentar su clientela y retener a los consumidores fieles. 

                Durante la Segunda Guerra Mundial, aparece el nuevo lema “un buen diseño es un buen negocio”, es decir, a la misma vez que se estaba desarrollando la tecnología, muchas organizaciones industriales y comerciales también se daban cuenta de la necesidad que había de desarrollar una imagen y una identidad visual corporativa. El diseño estaba ya visto como una de las principales formas para crear una reputación basada en la calidad y la confianza. 

               Desde entonces, se puede decir que tanto el espíritu, como las enseñanzas de este nuevo concepto se extendieron por el resto del mundo. La historia de la identidad corporativa se ha formado tras algunas entidades comerciales (Braun, Olivetti), las cuales empezaron a trasladar la imagen unitaria a todos los aspectos corporativos de la empresa. Estas marcas han sido las primeras en resaltar la importancia que tienen los logotipos, sobre todo cuando están respaldados con la filosofía y los valores de una empresa. De esta manera, las empresas son reconocidas a través de los medios por parte de todos sus públicos tanto externos como internos.

               Gracias a la evolución del concepto 'identidad visual corporativa', Chupa Chups, igual que otras marcas han podido utilizar esta idea para crear un mejor vínculo entre la empresa y sus clientes.



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